Proyecto "La Reserva de las ciudades"
Resumen:
Descripción:
O.R.G.I.A. se propone intervenir
el espacio de La Reserva Ecológica, a partir de la exposición constante de la
presencia de la basura en la construcción de una Ciudad. Nos permite pensar la
“basura” no sólo como objeto en sí, sino también con el “objeto humano” de la
Ciudad. Desde este punto de vista, proponemos realizar una intervención desde
el encuentro interdisciplinario del grupo, mezclando diversos elementos de las
Artes Escénicas, conjugados con Arquitectura y Ingeniería.
La performance instalación, está
compuesta en dos etapas.
En el ámbito de la perfomance,
los miembros del colectivo personificaran las distintas personas que son
posibles de encontrar en una Ciudad. Todos los performance, recorrerán la
Reserva Ecológica hasta encontrarse en la explanada de cemento disponible para
reconocerse y construir su propia Ciudad. Aquel rectángulo será una posibilidad
de “oasis urbano” dentro de los terrenos de la Naturaleza. Llegado el momento,
empezarán a accionar entre ellos, reconociéndose como humanos que estaban
extraviados. En la “zona de juegos” colindante al espacio disponible, los
“seres urbanos barridos de la ciudad” encontrarán basura y elementos que ocuparán
para construir una ciudad de materiales residuales. Los ejecutantes o
performers, irán diseñando “su” ciudad. En la suma de acciones, vemos aparecer
una ciudad para los exiliados del funcionamiento de la que era “su” ciudad.
En lo anterior, como grupo
O.R.G.I.A., creemos que al proponer una instalación “lúdica”, volvemos a las
acciones primarias del disfrute colectivo, transmitiendo la necesidad de
constante diálogo entre los seres humanos, sus contextos y el encuentro y respeto con otras especies.
Intereses y propósitos:
Lo que presenta el proyecto “La
Reserva de las Ciudades” gira en torno
a:
- Realizar una práctica participativa
con el entorno y los posibles espectadores.
- Poner ojo crítico sobre el ser
humano como un posible elemento de basura y reciclaje.
- Resignifica y soslaya el valor
negativo de la basura, otorgándole a través de las acciones –que no son más que
juegos colectivos que entretienen- el encanto del trabajo colectivo, manual y
efímero.
- Considerar al Cuerpo humano
como un "corpus" de estudio de movimiento.
- Retomar la idea de
"basura" como "verrere", o sea, la acción de barrer de un
lado a otro.
- Reflexionar sobre el lugar de
la naturaleza dentro de la ciudad como parte necesaria del Cuerpo Ciudad.
- Mostrar cómo a través de la
unión de disciplinas se puede reflexionar desde un lugar estético sobre la
importancia de reconocer el ciclo y reciclaje de los tres conceptos-objetos en
diálogo: Ni la Ciudad puede existir sin basura, y ninguna de ellas sin la
existencia de cuerpos.
FUNDAMENTACIÓN
No se sabe en qué momento se
erigió la Ciudad. Si bien la gran mayoría sostiene fechas y celebraciones, es
probable que en aquel mismo lugar antes hubo otra ciudad. Se ha perdido su
lugar inicial, solidificada a través del tiempo y de los años.
De las manos, de los pies, de la
mente de sus creadores es parte de una colección de pasados llenadores del
presente. Su forma es informe, cubriendo sus límites en el velo de la
incertidumbre. El ser humano, representa su lugar de vida acorde a las
necesidades expansivas de su especie. Carcome y ocupa el planeta tierra en su
sentido más expandido: el global. Descubre en todas las direcciones el terreno
que ocupa. Destruye para construir. Construye para no destruirse. Seres humanos
para los que su cuerpo no les basta y arman paisajes que son la extensión de su
propio cuerpo: La Ciudad.
Las ciudades son el oikos del humano. Es en aquel lugar donde
transita su vida y, por qué no, también su muerte. A tal punto que no basta con
sólo transitar por ellas; inscriben sus nombres por medio de sus quehaceres
cotidianos e infunden ídolos mantenidos por la memoria colectiva. El hombre se
refleja para apreciarse en otros cuerpos para así poder reconocerse distinto a
las otras especies. No es de extrañar la creación de reductos en los cuales
mantener ciertas raíces de lo conquistado. Toda ciudad necesita lugar y espacio
para desarrollar los alimentos que le permitan mantener la reproducción de la
especie, además de contar con lugares a dónde ir a refugiarse de su propio
acoso y liberar la presión de verse sólo a sí mismo.
Y en el constante accionar de sus
cuerpos, generan y degeneran para seguir investigando en el conjunto de estudio
que es su propio cuerpo y los contextos en los que se desenvuelven. Y a lo
desperdiciado se les ocurrió nombrarle ‘basura’.
La palabra basura proviene del
latín verrere, que significa ‘acción
de barrer’. Si desarrollamos las raíces latinas de las palabras asociadas a
este proyecto (Cuerpo, Ciudad, Basura), no es gratuito que una es trasvasije de
otra. El ser humano, concibe la noción de cuerpo, y tras la investigación de
las herramientas que lleva consigo –sus acciones-, comienza a erigir otro
cuerpo, al cual reconocemos como Ciudad. La Ciudad es la mayor construcción del
humano, su obra maestra. La suma de acciones del cuerpo humano lograron armar
la ciudad, y una de las acciones ejecutadas para construir es realizar limpieza
de los cimientos sobre los que se edificará. Aquí encontramos la clave para
entender la basura, ya que la acción de limpiar anuda la acción de barrer, o
sea, empujar de un lugar a otro lo inservible. Aquellos residuos se les reconocen
como basura y a su lugar de depósito basural.
Introducimos lo que será la
intervención desde las referencias a los inicios de las ciudades y las raíces
latinas de las palabras del proyecto, ya que son la principal base del porqué
deseamos y elegimos el lugar a intervenir. Como colectivo O.R.G.I.A., compuesto
por más de veinte cuerpos humanos, hemos elegido La Reserva Ecológica. Y antes
del qué vamos a hacer, el porqué.
La Reserva Ecológica para la
ciudad de Buenos Aires no es más que la expansión y necesidad del ser humano
por seguir expandiendo su máxima creación, la Ciudad. Durante la década de los
setenta, aquellos terrenos fueron ganados al río gracias a los escombros
generados por la construcción de la autopista 25 de mayo. El terreno que
actualmente es reconocido como Reserva Ecológica, ha estado siempre en el cruce
de la especulación inmobiliaria, sobre todo con el surgir de Puerto Madero.
Debido a la inestabilidad de los terrenos y posibles inundaciones, aquel
territorio, ante el abandono y conformidad del ser humano, apreció cómo
diversas especies lo reapropiaron, convirtiéndose hasta ahora en la “toma de
terreno” más grande realizada por la naturaleza en lo que respecta a la ciudad
de Buenos Aires.
Ante tal apabullante trabajo, el
hombre no puede sentir aquel traspié como una mera expropiación, así que logra
–gracias al trabajo de siglos de edificar ciudades- darle una vuelta de tuerca
para reconocerla como parte de su composición. De ahí nace el nombre de Reserva
Ecológica, en 1986.
Volvamos a las raíces de las
palabras. ‘Reserva’ es, literalmente,
guardar para un uso venidero. Por su parte, ‘Ecología’, es de raíz compuesta: ‘eco-’,
que en latín significa “casa” o “ámbito vital” (de ahí que la voz hace eco, porque
nos hace sentir acompañados… como en casa), y ‘-logia’, que hace referencia a ‘tratado’ o ‘estudio’.
El hombre es un cuerpo, que compone
la Ciudad en muchos cuerpos. Podemos decir que Buenos Aires posee un sinnúmero
de cuerpos posibles de fragmentar en cuerpos más pequeños. Uno de esos cuerpos
es la Reserva Ecológica.
¿Por qué cuerpos? ‘Cuerpo’ viene
de corpus; corpus es un “compendio de
materiales que arma la base de un estudio”. Si asumimos la Reserva Ecológica
como un cuerpo de la ciudad con un rol determinado, tenemos que el sector de
Reserva Ecológica para la ciudad de Buenos Aires es una “casa de estudio que le
permite a la ciudad estudiar la naturaleza”.
En La Reserva Ecológica el “visitante”
son los cuerpos humanos, quienes según el papel que ocupe, la utilizan como
lugar de trabajo, esparcimiento, entretención y estudio. Este “cuerpo Reserva”
se relaciona de modo directo con el “cuerpo ciudad”.
La ciudad siempre genera basura;
la ciudad siempre está realizando la acción de deshacer lo que no sirve. La
misma Reserva Ecológica es la mayor acción de reciclaje, casi por accidente,
presente en la ciudad de Buenos Aires. La ciudad crea la Reserva, la incorpora
y “protege”.
La ciudad, al generar basura
constante, también hace que el humano sea desechable según los funcionamientos
de la ciudad. El cumplimiento de las acciones humanas, pueden ser reemplazadas
por otro. No hablamos de reemplazar a la persona, sino a sus acciones.
Si se reemplazan las acciones,
hay cuerpos que son barridos a los márgenes de la ciudad. O cuerpos que
deambulan sin sentido por sus calles.
¿No es acaso también un punto a
apreciar cómo el humano clasifica y separa entre cuerpos útiles y cuerpos
residuales?
De algún modo el ir de “visita” a
la Reserva Ecológica, con sus horarios de entrada y salida, nos indica que
entramos en un universo dentro de la maqueta del universo que es la Ciudad. Nos
moviliza hacia el descampado y el encuentro con otras especies. Nos vuelve a
casa.
¿Qué pasaría si la reserva se
convierte en un “basural” de personas barridas del funcionamiento de la Ciudad
de Buenos Aires?
Es aquí el momento en que
planteamos nuestra performance instalación, “La Reserva de las Ciudades”
O.R.G.I.A. se propone intervenir
el espacio disponible para realizar la performance en La Reserva Ecológica, a
partir de la exposición constante de la presencia de la basura en la construcción
de una ciudad como Buenos Aires.
Esta concepción nos permite
pensar la “basura” no sólo como objeto en sí, sino también con el “objeto
humano” de la Ciudad.
Desde este punto de vista, proponemos
realizar una intervención desde el encuentro interdisciplinario del grupo,
mezclando diversos elementos de las Artes Escénicas, conjugados con
Arquitectura, Ingeniería y diseño.
La performance instalación “La
Reserva de las ciudades”, está compuesta en dos etapas. La primera,
correspondiente a la performance; y la segunda ligada a la construcción de una
maqueta de ciudad hecha con productos residuales rescatados de los contenedores
de la ciudad de Buenos Aires.
En el ámbito de la perfomance,
los miembros de O.R.G.I.A. personificaran las distintas personas que son
posibles de encontrar en una Ciudad. Todos los performance, recorrerán la
Reserva Ecológica hasta encontrarse en la explanada de cemento disponible para
reconocerse y construir su propia Ciudad. Aquel rectángulo será una posibilidad
de “oasis urbano” dentro de los terrenos de la Naturaleza. Llegado el momento,
empezarán a accionar entre ellos, reconociéndose como humanos que hasta aquel
momento estaban extraviados. El rectángulo de cemento opera como metáfora de la
necesidad de las Ciudades como punto de unión y confabulación de la vida
humana.
En la “zona de juegos” colindante
al espacio disponible, los “seres urbanos barridos de la ciudad” encontrarán
basura y elementos que reconocerán y sabrán accionarlos para llevar a cabo la
construcción de una ciudad de materiales residuales.
En este punto se cruza la labor
performática con los saberes de la Construcción, el Diseño y la Ingeniería. Los
ejecutantes o performers, irán diseñando “su” ciudad. Ésta ciudad por construir
ha sido diseñada por miembros del colectivo O.R.G.I.A., con la intensión de
realizar una ciudad a escala según las medidas de la explanada.
En la suma de acciones del cuerpo
humano, vemos aparecer otra cosa, y esa otra cosa no es más que una ciudad para
los seres humanos exiliados del funcionamiento de la que era "su" ciudad.
La performance instalación llega
a un punto en donde se ha utilizado toda lo considerado “basura” que yacía
sobre los juegos infantiles.
Lo que presenta el proyecto “La
Reserva de las Ciudades” gira en torno a realizar una práctica participativa
con el entorno y los posibles espectadores. Pone un ojo crítico al considerar
al mismo ser humano como un posible elemento de basura y reciclaje. Resignifica
y soslaya el valor negativo de la basura, otorgándole a través de las acciones –que
no son más que juegos colectivos que entretienen- el encanto del trabajo colectivo,
manual y efímero, debido a que la “Ciudad” por construir puede desaparecer tan
rápido como ha sido edificada.
En lo anterior, como grupo
O.R.G.I.A., creemos que al proponer una instalación “lúdica”, volvemos a las
acciones primarias del disfrute colectivo, transmitiendo la necesidad de
constante diálogo entre los seres humanos, sus contextos y el encuentro con
otras especies.
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